- agosto 29, 2017
- MORROPON
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INCLINENME
(CULTURA POPULAR)
MANUEL ALVARADO MOLERO (MAÑUCO)
Se iniciaba los preparativos de la fiesta del Carmen y en la esquina del correo de Morropón frente a nuestra Plaza de Armas, allá por los años de 1989. Se encontraban conversando alegremente Don Manfredo Seminario , Coco Romeo Lamadrid ,el Señor Vargas entre otros, mientras se acomodaban, los comerciantes que ya empezaban a instalarse alrededor de la la plaza: heladeros, bingos, vivanderas, cantinas, chulo chulo, y los infaltables carruseles, frente a la casa de nuestra siempre recordada Srta Eufemía Chiroque, a quien por error si alguien le decía Sra. se molestaba y le decía a mí no me levantes calumnias...
De repente en una mototaxi aparecieron dos personajes de esa tierra morena y embrujada llamada la Huaquilla, el "profe" como se le conocía a Clemente Zapata, quien aparte de haber tenido el privilegio de estudiar en el glorioso Colegio Agropecuario de Piura, se jactaba de ser promoción del congresista Ing. Gamaniel Chiroque Ramirez y del Profesor Práxedes Adrianzén Ordoñes, el otro acompañante era el popular "Caterra", gran jugador del Halcones de la Huaquilla y amante de la guitarra y los lindos pasillos. Andaban en busca del Profe Coco Lamadrid, a quien con engaños le hicieron subir en la moto, la que no paro hasta el pueblo de la Matanza donde había un grupo esperándoles para disfrutar de la rica chicha y los sabrosos "picaos" que allí eran fama.
Alrededor de las siete de la noche se disponían a regresar por supuesto, después de una simpática chacota , de anécdotas, chistes, cumananas, pasillos y zapateos, la mototaxi traía seis pasajeros, una vez cruzado el puente de Carrasquillo ya entrando a la curva de la Huaquilla la moto rodó por un problema de desequilibrio que el peso mismo provocó, uno de los más afectados fue el amigo Clemente Zapata que casi inconscientemente pedía que lo inclinen - casi rogando decía : - por favor no me dejen, inclínenme- a lo que los amigos lo trataban de mover de un lado para otro, y el con el dolor volvía a decir inclínenme, por favor inclínenme y vuelta los amigos borrachos y adoloridos, a su pedido lo trataban de inclinar de un lado para otro, la noticia llegó como rayo a la Huaquilla , y en minutos ya se encontraban en el rescate varios moradores y la esposa del amigo Clemente, quien cogiéndolo entre sus brazos para que descanse la cabeza del profe Clemente, escucho nuevamente la voz entrecortada de su esposo que le decía : - negrita quiero que me inclinen - a lo que la señora mirando de reojo le respondió: ¡calla Clemente! ¡no hay para la posta médica y va a ver para la clínica!. Recién los amigos entendían el pedido de Clemente.
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